Virgen de la Amargura

Virgen de la Amargura

domingo, 24 de marzo de 2013

DOMINGO DE RAMOS

Mañana comienza la Semana Santa con la conmemoración de al Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalem. Un día todavía feliz con un Jesús aclamado y vitoreado por el pueblo, una entrada que no hacía presagiar los acontecimientos que vendrían a continuación. Mañana nos vemos en Amboage, en la Bendición de los ramos y palmas; despues la cofradía pondrá en las calles de Ferrol los dos primeros pasos de todos los que formaran su Semana Santa, San Juan y la de Jesús entrando en Jerusalen. No me cabe duda de que tanto los portadores como las portadoras lo van a hacer de maravilla, así que desde aquí...fuera nervios y todo el ánimo!. Otra historia es la organización y el arreglo  tanto el vestir como el adornar las Imagenes y tronos. Despues de ver lo que hicieron el año pasado y teniendo en cuenta la inmensidad de prepotencia y la nula autocritica  demostrada por quienes este año incomprensiblemente siguen al "mando", es de esperar otro desastre; que esto nos una mas; quedan menos de 48 horas para acompañar a Nuestra Virgen de la Amargura, y eso para nosotras es lo importante; que la lluvia nos respete, el resto tiene arreglo, aunque se tenga que esperar; el tiempo pone cada cosa en su sitio y a cada persona en su lugar. 

VIERNES DE DOLORES

El Viernes de Dolores es un día especial para todo cofrade de la Cofradía del mismo nombre de Ferrol; pero éste año me sentí incapaz de acudir a dicha cita en la Iglesia de Dolores; ya el año pasado acudir supuso un gran dolor, pero este año...este año era imposible acudir; por ello, junto con dos grandes amigas en iguales circunstancias, acudimos a la parroquia de Neda a celebrar éste día en un acto nada pomposo, sencillo, como ( a mi parecer ) debiera ser; un acto en donde lo importante fue sencillamente el amor y la compañía a Nuestra Madre de los Dolores, demostrado por todos, desde los sacerdotes hasta el último de los asistentes. y por ello, un acto lleno de significado. Fue doloroso no estar acompañando a "Nuestra Virgen de Dolores", pero el entorno en Neda actuó de bálsamo; su Dolorosa tiene la misma mirada de dolor, del único dolor que es insoportable, el dolor de un hijo; y a Ella le duelen tantos hijos! su Manto es igual de cálido y protector, será por eso que al cabo de unos minutos de estar con Ella se nos fué curando el alma.  Gracias por Tu cariño. 
y gracias a Juan Antonio, a la camarera y a los demas asistentes que viendo nuestra desazón, sin preguntas, solo con silencio y el calor de un abrazo, nos habeis dado vuestro cariño y apoyo. Gracias. Muchos tendrían que aprender  y mucho sobre humildad, caridad, fe y amor cristiano. Un escapulario , una capa  o un alzacuellos solo significan que se posee el objeto, no la realidad de lo que representan. En Neda lo saben bien, en Ferrol, unos cuantos deberían aprender, y desgraciadamente tienen mucho camino que recorrer.  

sábado, 23 de marzo de 2013

SALVE REGINA


DECIMOQUINTA ESTACIÓN


¿Es de ingrávido sueño,
aire o magia refleja
este resplandor súbito,
esta erguida presencia? 
Todo en torno se afirma,
se deslumbra, se ciega.
La piedra es más que nunca
piedra, gozosa piedra; 
la humana piel confusa
de oscuros centinelas,
tañida del prodigio,
centellea evidencias, 
y el alba, el alba tímida
tan mojada y tan tierna,
confirma de rubores
su inocencia perfecta. 
Otra vez sobre el mundo
la Verdad se hace cierta,
cierta con certidumbre
transverberada, céntrica. 
No el aire, no, ni el sueño
ni la magia espejean
este cuerpo armonioso
que fulgura y destella. 
Las brisas le acarician,
la tierra le sustenta
y la luz que de él mana
le ciñe y le modela. 
Pudiendo ser más leve
que plumas o humaredas,
humana, humildemente
pisa la hierba, y pesa, 
y al goce del suavísimo
tacto, contacto, prenda,
invita -ábranse flores-
a las yemas incrédulas. 
Resurrección. Oh gloria
taladrada y tan nuestra,
tan de hueso y de carne
firme, caliente, fresca. 
Por Ti, Jesús, tan nuevo
hoy con tus cinco estrellas
que en cifra dibujada
tu caridad constelan, 
por Ti, Señor, devuelto
a la luz que te estrecha,
al amor que te ciñe,
al aura que te besa, 
por ti, todo nos canta,
oh divina certeza
para después del tiempo,
quieta ya primavera. 

DECIMOCUARTA ESTACION


Fue un José el primer varón
que a Jesús tomó en sus brazos,
y otro José en tiernos lazos
le estrecha de compasión.
Con grave, infinita unción
el sagrado cuerpo baja
y en un lienzo le amortaja.
Luego le da sepultura
y una piedra en la abertura
de la roca viva encaja. 
Como póstuma jornada
de tu vía de amargura,
admiro en la sepultura
tu heroica carne sellada.
Señor, ya no queda nada
por hacer. Señor, permite
que humildemente te imite,
que contigo viva y muera,
y en luz no perecedera,
que como Tú resucite. 

DÉCIMOTERCERA ESTACIÓN


He aquí helados, cristalinos,
sobre el virginal regazo,
muertos ya para el abrazo,
aquellos miembros divinos.
Huyeron los asesinos.
Qué soledad sin colores.
Oh, Madre mía, no llores.
Cómo lloraba María.
La llaman desde aquel día
la Virgen de los Dolores. 
¿Quién fue el escultor que pudo
dar morbidez al marfil?
¿Quién apuró su buril
en el prodigio desnudo?
Yo, Madre mía, fui el rudo
artífice, fui el profano
que modelé con mi mano
ese triunfo de la muerte
sobre el cual tu piedad vierte
cálidas perlas en vano. 

DUODÉCIMA ESTACIÓN


Al pie de la cruz María
llora con la Magdalena,
y aquel a quien en la Cena
sobre todos prefería.
Ya palmo a palmo se enfría
el dócil torso entreabierto.
Ya pende el cadáver yerto
como de la rama el fruto.
Cúbrete, cielo, de luto
porque ya la Vida ha muerto. 
Profundo misterio. El Hijo
del Hombre, el que era la Luz
y la Vida muere en cruz,
en una cruz crucifijo.
Ya desde ahora te elijo
mi modelo en el estrecho
tránsito. Baja a mi lecho
el día que yo me muera,
y que mis manos de cera
te estrechen sobre mi pecho. 

DUODÉCIMA ESTACIÓN



UNDÉCIMA ESTACIÓN


Por fin en la cruz te acuestas.
Te abren una y otra mano,
un pie y otro soberano,
y a todo, manso, te prestas.
Luego entre Dimas y Gestas,
desencajado por crueles
distensiones de cordeles,
te clavan crucificado
y te punzan el costado
y te refrescan de hieles. 
Y que esto llegue es preciso
y así todo se consuma,
y, a la carga que te abruma,
el cuello inclinas sumiso.
-Conmigo en el paraíso
serás hoy- al buen ladrón
prometes. Tierna lección
la de tus palabras ciertas.
Toma mis manos abiertas.
Toma mis pies: tuyos son. 

DECIMA ESTACION


Ya desnudan al que viste
a las rosas y a los lirios.
Martirio entre los martirios
y entre las tristezas triste.
Qué sonrojo te reviste,
cómo tu rostro demudas
ante aquellas manos crudas
que te arrancan los vestidos
de sangre y sudor teñidos
sobre tus carnes desnudas. 
Bella lección de pudores
la que en este trance dictas,
tus candideces invictas
coloridas de rubores.
Tú, que has teñido las flores
de tintas tan sonrosadas,
que en las castas alboradas
las nubes vistes de oro,
ay, devuélveme el tesoro
de mis flores marchitadas.

NOVENA ESTACIÓN


Ya caíste una, dos veces.
La rota túnica pisas
y aún entre mofas y risas
tendido a mis pies te ofreces.
Yo no sé a quién me pareces,
a quién me aludes así.
No sé qué haces junto a mí,
derribado con tu leño.
Yo no sé si ha sido un sueño
o si es verdad que te vi. 
Y yo caigo una, dos, tres,
y otra vez más, y otra, y tantas.
Siempre tus espaldas santas
me sirvieron de pavés.
Ahora siento bien cuál es
la razón de tus caídas.
Sí. Porque nuestras vencidas
almas no te tengan miedo
caes, oh humilde remedo,
y a abrazarte las convidas. 

OCTAVA ESTACIÓN


Qué vivo dolor aflige
a estas mujeres piadosas,
madres, hermanas, esposas,
sin culpa del «crucifige».
Jesús a ellas se dirige.
Sus palabras, oídlas bien.
-Hijas de Jerusalén.
Llorad vuestro llanto, sí,
por vosotras, no por mí.
Por vuestros hijos también. 
Por nosotros mismos, cierto.
Pero ¿quién por ti no llora?
Haz que llore hora tras hora
por mí tibio y por ti yerto.
Riégame este estéril huerto.
Quiébrame esta torva frente.
Ábreme una vena ardiente
de dulce y amargo llanto,
y espanta de mí este espanto
de hallar cegada mi fuente. 

SEPTIMA ESTACIÓN


Largo es el camino y lento
y el Cireneo se rinde.
Él se ha trazado una linde
en su oscuro pensamiento.
Mientras disputa violento,
deja que la cruz se hunda
total, maciza, profunda,
sobre aquel único hombro.
Y como un humano escombro
cae Jesús por vez segunda. 
¿Otra vez, Señor, en tierra,
abrazado a tu estandarte?
Ese insistente postrarte
¿qué oculto sentido encierra?
Mas ya te entiendo. En la guerra
por ti luchando, transido
caeré en tierra y malherido,
¿y no he de alzarme ya más?
Yo sé que Tú me darás
la mano si te la pido.

SEXTA ESTACIÓN


Fluye sangre de tus sienes
hasta cegarte los ojos.
Cubierto de hilillos rojos
el morado rostro tienes.
Y al contemplar cómo vienes
una mujer se atraviesa,
te enjuga el rostro y te besa.
La llamaban la Verónica.
Y exacta tu faz agónica
en el lienzo queda impresa. 
Si a imagen y semejanza
tuya, Señor, nos hiciste,
de tu imagen me reviste
firme a olvido y a mudanza.
Será mayor mi confianza
si en mi alma dejas la huella
de tu boca que nos sella
blancas promesas de paz,
de tu dolorida faz,
de tu mirada de estrella. 

QUINTA ESTACIÓN


Ya no es posible que siga
Jesús el arduo sendero.
Le rinde el plúmbeo madero.
Le acongoja la fatiga.
Mas la muchedumbre obliga
a que prosiga el cortejo.
Dure hasta el fin el festejo.
Y la muerte se detiene
ante Simón de Cirene,
que acude tardo y perplejo.
.
.
Pudiendo, Jesús morir,
¿por qué apoyo solicitas?
Sin duda es que necesitas
vivir aún para sufrir.
Yo también quise vivir,
vivir siempre, vivir fuerte.
Y grité: Aléjate, muerte.
Ven Tú, Jesús cirineo.
Ayúdame, que en Ti creo
y aún es tiempo de ofenderte.

4ª ESTACIÓN


.
CUARTA ESTACIÓN
.
.
Se ha abierto paso en las filas
una doloente mujer.
Tu Madre te quiere ver
retratado en sus pupilas.
Lento, tu mirar destilas
y le hablas y la consuelas.
Cómo se rasgan las telas
de ese doble corazón.
Quien medirá la pasión
de esas dos almas gemelas.
.
.
¿Cuándo en el mundo se ha visto
tal escena de agonía?
Cristo llora por María.
María llora por Cristo.
¿Y yo, firme, lo resisto?
¿Mi alma ha de quedar ajena?
Nazareno, Nazarena,
dadme siquiera una poca
de esa doble pena loca,
que quiero penar mi pena.

sábado, 16 de marzo de 2013




«Habemus Papam Franciscum»






Con esta frase se vuelve a activar la cuenta de twitter @pontifex después del anuncio de que el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio es el nuevo pontífice de la Iglesia católica.



Con el nombre de Francisco I, el Cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio ha sido escogido por el Colegio de electores como el sucesor de Benedicto XVI.



En un gesto de digna humildad, el nuevo Papa ha pedido a los fieles presentes en la Plaza de San Pedro, antes de dar la bendición protocolar, que ellos imploren la bendición del cielo para él. Luego sí, según el ritual solemne, leído en latín, dio la bendición a los presentes en la Plaza de San Pedro y al mundo. Después ha retirado su estola pontifical y con serenidad y rostro de bondad recibío las aclamaciones y los saludos del pueblo.



"Mañana voy a rezar a la Virgen para que custodie a toda Roma, buenas noches y buen reposo" ha dicho el Papa Francisco I despidiéndose de la multitud.





Biografía del Papa Francisco I



A continuación algunos rasgos biográficos del nuevo Papa, fundamentados en perfil realizado por la Agencia Zenit.



El cardenal Jorge Bergoglio, 77 años, nació en el barrio argentino de Flores en el Gran Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936. Tras estudiar como técnico químico eligió el sacerdocio y entró en la Compañía de Jesús.



Estudio filosofía y teología en ambas facultades del Colegio Máximo San José. Fue maestro de novicios y profesor universitario en teología, provincial de los Jesuitas en su país y presidente de la Conferencia episcopal del 2005 al 2011. El 13 diciembre de 1969 fue ordenado sacerdote. Cumplió un postgrado en la Universidad de Alcalá de Henares y en 1986 concluyó su tesis doctoral en Alemania. Juan Pablo II lo creó cardenal en el 2001.



Tiene una fuerte experiencia pastoral, y ha sido reconocido como un hombre de carácter. Su pagina en Facebook cuenta más de 37.000 ´me gusta´ . Viaja normalmente en subterráneo, metro o medios públicos.



Se ha caracterizado como un firme defensor del derecho a la vida, y de la esencia familiar.



Es conocida también su sensibilidad por las clases menos favorecidas. A los religiosos les ha pedido "salir a dar testimonio e interesarse por el hermano" porque la cultura del encuentro "nos hace hermanos, nos hace hijos, y no socios de una ONG o prosélitos de una multinacional".



En diversas oportunidades criticó fuertemente la corrupción y la trata de personas con imágenes fuertes: "Se cuida mejor a un perro que a estos esclavos nuestros". O "la esclavitud está a la orden del día, hay chicos en situación de calle desde hace años, no sé si más o menos, pero hay muchos". Sus palabras han sido también fuertes con relación a la degradación de menores.



Ha criticado fuertemente el "limitar y eliminar el valor supremo de la vida e ignorar los derechos de los niños por nacer". Y aseveró: "el aborto nunca es una solución". Se opuso a la liberalización de drogas y exhortó a los jóvenes a no creerles a "los mercaderes de la muerte".



Ha advertido contra la falta de "humildad" de los gobernantes y la "veleidad" como un desvalor "que carece de toda propuesta".



Sobre Aparecida indicó que "la inspiración del Espíritu es la gran luz que hubo ahí. Sombras son las mil y una cositas que trababan y tuvimos que superar". "Todo fue un complejo de luces y sombras y que ganó la luz".



Siempre se mostró reacio a obtener encargos de un cierto peso en la Curia Romana, si bien fue nombrado consultor de la Pontificia Comisión de América Latina; miembro de las Congregaciones para el Culto Divino y la disciplina de los sacramentos; del Clero; de los Institutos de Vida Consagrada, del Consejo postsinodal, y de la presidencia del Pontificio Consejo para la Familia.



La fuerza de la Iglesia -indicó el entonces purpurado en el sínodo sobre la nueva evangelización- está en la comunión y su debilidad en la división y en la contraposición.

Fuente : Gaudiumpress

Y el Espíritu Santo actuó... que el Señor y San Francisco en especial ayuden al nuevo Papa a cuidar de su pueblo ..." obispo de Roma y sucesor de San Pedro, “es el principio y fundamento perpetuo y visible de unidad, tanto de los obispos como de la muchedumbre de los fieles”. "(LUMEN GENTIUM, 23)






sábado, 2 de marzo de 2013

TERCERA ESTACION


A tan bárbara congoja
y pesadumbre declinas,
y tus rodillas divinas
se hincan en la tierra roja.
Y no hay nadie que te acoja.
En vano un auxilio imploras.
Vibra en ráfagas sonoras
el látigo del blasfemo.
Y en un esfuerzo supremo
lentamente te incorporas. 
Como el Cordero que viera
Juan, el dulce evangelista,
así estás ante mi vista
tendido con tu bandera.
Tu mansedumbre a una fiera
venciera y humillaría.
Ya el Cordero se ofrecía
por el mundo y sus pecados.
Con mis pies atropellados
como a un estorbo le hería. 

SEGUNDA ESTACION


Jerusalén arde en fiestas.
Qué tremenda diversión
ver al justo de Sión
cargar con la cruz a cuestas.
Sus espaldas curva, prestas
a tan sobrehumano exceso,
y, olvidándose del peso
que sobre su hombro gravita,
con caridad infinita
imprime en la cruz un beso. 
Tú el suplicio y yo el regalo.
Yo la gloria y Tú la afrenta
abrazado a la violenta
carga de una cruz de palo.
Y así, sin un intervalo,
sin una pausa siquiera,
tal vivo mi vida entera
que por mí te has alistado
voluntario abanderado
de esa maciza bandera.